Se supone que una charla de café debe incluir café en algunas de sus formas, sea doble, jarrita o pocillo, pero Rita Cazorla se sale de la norma -así como lo hizo hace dos décadas al elegir el rugby- y se pide un agua sin gas. Es comprensible: el verano en Tucumán casi no da tregua. Sin embargo, aclara que la razón pasa más por otro lado: "me estoy cuidando para jugar el Seven de Tafí del Valle", explica. Con 39 años, la mitad de ellos dedicados al rugby, Rita siente que aún no lo ha dado todo como jugadora, y por eso se anima al desafío de jugar un partido de exhibición entre Cardenales (su club) y Aguará Guazú a 2.000 metros de altura.
Para ella era imposible saber (y si se lo hubiera dicho, no lo hubiera creído) la enorme cadena de acontecimientos que se desataría aquella tarde de septiembre de 2004 cuando, mientras practicaba atletismo en la pista de la Facultad de Educación Física, un grupo de mujeres la invitó a tirar pases con una pelota de rugby. Aunque al principio dijo que muchas gracias pero no, días después la picó la curiosidad y se sumó al grupo, sin saber que se trataba de las Huarmis, el primer equipo femenino de rugby de Tucumán y uno de los primeros del país. No tardó en mostrar condiciones naturales para el juego y al año siguiente fue convocada a Las Pumas, dando inicio a una década en el seleccionado nacional femenino, con el que recorrió lugares como Houston, Las Vegas, Hong Kong, Toronto y Dublín.
"Lo tomé como un desafío en ese primer momento, pero se fueron ampliando a medida que pasaba el tiempo. Si hoy miro para atrás, es un camino largo pero lindo", resume la única jugadora que perteneció a las Huarmis que continúa en actividad. Y lo hace con plena vigencia: en 2023, con Cardenales ganó su quinto título en un Nacional, el torneo de clubes más importante del país. Antes, lo había hecho durante cuatro años consecutivos (2012, 2013, 2014 y 2015) como capitana de las "purpuradas". "Estuve muy comprometida con el entrenamiento, con la parte física sobre todo. Yo soy bastante competitiva, en el buen sentido, si es que lo hay. Siempre me gusta ponerme al lado de las más picantes, para poder competir de esa manera y crecer. Lo tomé así al compromiso del gimnasio, de la alimentación, correr, correr y correr porque sabía que al final iba a tener sus resultados. Fue casi perfecto", concluye.

EXPERTAS. Rita Cazorla y Fátima Juárez, pentacampeonas en la cancha. ARCHIVO LA GACETA

- ¿Qué le faltó para ser perfecto?

- Bueno...soy muy analítica y muy crítica de mí misma. Si miro la final y la analizo, creo que hay cosas que después de tantos años de rugby, no debería haber hecho. Pero al fin y al cabo salió bien, me banqué los cinco partidos hasta el final. Fue un gran año.

Desde 2022 inauguró su faceta de entrenadora en los Juegos Evita, en Mar del Plata, al mando de un seleccionado juvenil. Y el año pasado tuvo su primer Seven de la República (torneo que ganó dos veces con las Naranjas) como entrenadora de las Naranjitas. "De ser entrenadora me gusta poder transmitir valores. Eso de creer en una misma siempre, en tus compañeras, confiar en que siempre podés salir adelante y conseguir el mejor resultado posible. Que no siempre es ganar: a veces perdés y aprendés mucho más, pero la confianza en una misma y en el equipo nunca tiene que desaparecer. Trato de transmitir eso porque no considero que haya sido una jugadora tan buena. Sí muy técnica y sacrificada", se describe.

- Es curioso que no te consideres tan buena jugadora, habiendo ganado cinco títulos nacionales con Cardenales y jugado más de 10 años en Las Pumas...

- Bueno, es que en la actualidad las ves a las chicas, las analizás y te das cuenta que son mucho más completas que lo que éramos nosotras. En mi caso, siempre fui muy dedicada al entrenamiento, a tratar de mejorar y pulir las cosas en las que yo consideraba que sobresalía.

- Hablando del seleccionado argentino, hoy llamado Las Yaguaretés, ¿en qué sentís que ha evolucionado más con respecto a la época en que vos estabas?

- Hay un salto muy grande en el entrenamiento físico, el tamaño de las chicas es muy diferente. Son chicas que arrancan a jugar muy temprano, algunas vienen desde juveniles o incluso infantiles. La evolución en el juego también se nota: la forma de tacklear y de pasar la pelota es muy natural en ellas. Creo que hay que seguir por ese camino y enfocarse en la preparación física, que nos pone a la par o al menos nos acerca a las potencias. El seven es una modalidad de mucha exigencia física. Tenés que ser una atleta para jugarlo, y noto una gran evolución en esa parte. Felizmente, les está trayendo resultados.

- Viviste todas las etapas del rugby femenino tucumano. Lo viste gatear, pararse, caminar y empezar a correr. ¿Qué mirada tenés de la actualidad? ¿Qué tiene de bueno y qué le falta?

- Lo bueno es que seguimos estando muy bien representadas a nivel nacional con las chicas que están en las Yaguaretés, por el buen trabajo que vienen haciendo en la Academia. Es súper importante estar en la órbita UAR y que Tucumán tenga representación en el seleccionado, porque tenemos un gran nivel de rugby femenino en la provincia. Lo que sí, creo que las competencias podrían ser mucho mejores a nivel provincial y también a nivel regional. Porque casi desde los inicios del Regional es siempre Tucumán el que representa al NOA a nivel nacional, y estaría bueno que los equipos de Salta, Santiago y Jujuy también tengan la oportunidad de vivenciar un Nacional. Considero que se podría hacer un trabajo más amplio en cuanto a juveniles e infantiles. En prejuveniles, que es la edad de transición, de 12 a 14 años, se está trabajando bastante bien, y de hecho en el Nacional del año pasado tuvieron competencia. Para las chicas es cada vez más natural jugar al rugby y eso es muy positivo. A mí, que estoy desde hace mucho, me emociona verlas. Las vi caminar, correr, dar sus primeros pasos, ir nutriéndose de rugby. Eso es muy bueno, pero nos falta trabajar en competencias de mayor calidad.

- ¿Te parece que sigue habiendo resistencia en Tucumán? Aún quedan muchos clubes que se niegan a tener equipos femeninos de rugby...

- No sé si llamarle resistencia. Es un proceso, como todas las cosas. Así como van llegando las nuevas generaciones a la cancha, también llegan las nuevas generaciones dirigenciales a los clubes, a la URT, a la UAR. Las miradas se van ampliando. Hay muchos clubes donde el rugby femenino todavía está prohibido, pero es cuestión de tiempo. Hay que ser pacientes y seguir esperando. Ojalá todavía esté en cancha cuando esos clubes le den lugar a las chicas y pueda verlas haciendo sus primeros partidos.

- ¿Te pusiste algún objetivo específico para 2024?

- Principalmente, estar a la altura de la competencia, sea cual sea. Además, estoy empezando a hacer mi carrera como entrenadora. Es un aspecto en el que debo seguir creciendo y capacitándome. Y como jugadora, el objetivo siempre es el Nacional de Clubes. Estar en lo más alto, eso es lo mejor que te puede pasar. Seguir desafiándome y que a nivel rugby femenino podamos seguir avanzando. No estancarnos ni pensar que ya está.

- ¿Sos consciente de la huella que vas dejando en el rugby femenino tucumano, o no te gusta mirar hacia adentro?

- Mmm no, la verdad que no lo pienso así. Por ahí hay mucha gente que da vueltas a mi alrededor y siempre me habla, pero yo siempre pienso en seguir trabajando para el rugby femenino y para mí, porque si soy jugadora quiero estar en la mejor forma posible. Y para el rugby femenino, si me toca ser entrenadora o manager, colaborar y sumar. Lo tomo así como una responsabilidad linda. Siempre tratando de dar algo y ser mejor.

- Y quién dice, quizás puedas celebrar los 20 años de rugby con otro Nacional de Clubes

- Esperemos que sí. Y sino, vivir el proceso. Un buen resultado no siempre es ganar. Si hago un análisis y lo veo como resultado, estos 20 años que pasaron fueron súper. Aunque no haya ganado todo, o sí. Pero que el rugby femenino haya crecido de esta manera, que hoy tengamos unas Yaguaretés exitosas, que el seleccionado tucumano siga su buen camino tanto en mayores como en juveniles, y ojalá en el futuro en prejuveniles...si los veo así, estos 20 años fueron muy buenos.